jueves, 7 de junio de 2018

MAYO, 13 al 17: en otro país...


JUEVES 13

De pronto la guerra decae en el gusto popular. El rating, las ventas…
-- El boom ya pasó –me explica un jefe desde Buenos Aires.
Sin hundimientos rimbombantes desde el Belgrano y el Sheffield, los ataques aéreos y el bombardeo naval a las Islas se han vuelto una rutina despreciable. Informes de la BBC que niega Radio Nacional. Todos esconden sus muertos.
Gente se queda porque tiene más presupuesto, pero Somos decide levantar a sus corresponsales. El próximo número ya no estará dedicado por entero a la guerra. Vuelven las imperdibles secciones de Vida Moderna, Deportes y Artes y espectáculos.
Por la mañana me autorizan el regreso y empiezo a intentarlo. Ya no hay vuelos comerciales, pero hago fácil. Más rápido y gratis.
Hablo con el capitán Dabini, jefe de la Base Aeronaval, que ansioso por librarse de todos nosotros, ahí nomás me mete en un Fokker de la Armada que esa misma noche aterriza en Ezeiza.
Todo es tan rápido que resulta brutal.
Duermo durante el vuelo y despierto de golpe en otro país.
Ezeiza, las luces de la autopista, las luces de los carteles, todas las luces de la ciudad, los restaurantes llenos, la tele con su programación habitual, la cola de los los cines, la guerra que se aleja y el Mundial que se acerca.
A poco de llegar comprendo mi error: no volví a Buenos Aires, me fui de Grande.
Y ya me quiero volver.

Foto: Puerto Argentino, mayo del 82.


VIERNES 14

La familia, los amigos, los vecinos, todos me tratan como a un héroe que ha vuelto del frente. Estuve donde nadie estuvo. Algunos me preguntan de todo, otros me explican de todo.
En la redacción no me reciben como a un héroe, en cambio. Por las dudas me la crea, lo primero que hacen es mandarme a refritar un cable como un aspirante a prueba. No me importa. Ni esa redacción es la que yo dejé, ni yo ya soy el que se fue. Belicistas y pacifistas, halcones y palomas, fuertes discusiones y altos delirios. Estrategias diplomáticas y militares. Acuerdos internacionales, misiles aire-tierra, tierra-tierra, condiciones climáticas, secretos de inteligencia… quien más quien menos, allí nadie ignora nada.
Todos se desbarrancan por un desfiladero moral muy angosto. Todo cambió de lugar demasiado rápido. Los enemigos de ayer ahora son amigos, y viceversa. De pronto Reagan es malo, y Castro bueno ¿Qué pasó aquí? Hasta Somos reconoce el sueño de La Patria Grande y las miserias del imperio. Todo se dio vuelta, y en esa confusión, ya nadie es quien era ni nada es lo que fue. Yo tampoco.
Por las calles la vida sigue como si nada. En los kioscos Margaret Thatcher con un parche en un ojo convive con Diego Maradona, que ahora debuta en el Mundial de España. La victoria es nuestra. La guerra se reduce a los noticieros que apestan a pólvora y carne quemada justo a la hora de comer.
En un ataque nocturno a la isla Borbón, aviones ingleses destruyen 11 aeronaves argentinas.
“Pa´que vean lo que es esto/ pa´que vean lo que es esto/ Si nos tiran con cañones/ Les tiramos con impuestos”, canta la hinchada de San Lorenzo.
En algún lugar de la ciudad Charly García escribe “No bombardeen Buenos Aires”.


Foto: revistas Tal Cual y El Porteño... que nadie se haga el fino.


SÁBADO 15

El día dura casi tanto como la noche.
No hay oscurecimientos ni toques de queda.
No hay alertas rojas ni amarillas.
Ni la cajera del supermercado, ni el pibe del kiosco, ni el mozo del bar. Nadie tiene un primo, un marido, un hermano en el frente.
Los cazas no rompen el cielo a ninguna hora. Tal vez ni siquiera podríamos oírlos en el estrépito de la ciudad.
No hay guerra.
La guerra es “allá”, me dicen, “en el sur”… “en las Islas”.

Foto: Buenos Aires, 1982. El Rosedal. Más de 3000 km del frente.


DOMINGO 16

Sin pensarlo más le digo a mi jefe que si hay que volver a Grande, cuente conmigo.


LUNES 17

El buque mercante Río Carcarañá es hundido por la aviación británica.
El bombardeo naval y los ataques aéreos sobre las Islas se intensifican intermitentes, pero constantes. La Flota Británica ya se despliega hacia el oeste del archipiélago.
Las mediaciones de paz se agotan, el conflicto recrudece, está claro, o Somos no retomaría la cobertura del Frente Sur. Volvemos.
Como aquél 9 de abril cuando yo me creía Hemingway rumbo al frente de Madrid, salimos de Aeroparque en el primer avión de la mañana, y otra vez somos tres los enviados. Héctor Alí quedará en Comodoro, el Pupi Jorge Alurralde en Gallegos, y yo vuelvo a Grande. La historia se repite, pero ya nada es igual.
No sólo en Tierra del Fuego se suspendieron los vuelos comerciales. Todos los aeropuertos del litoral atlántico fueron cerrados desde Trelew a Ushuaia.
Tendré que bajar por tierra desde Trelew a Grande.
Todo el Frente Sur, paso a paso, metro a metro, en plena guerra...
Y en algún momento, claro, cruzar como sea el Estrecho de Magallanes.
Me espera un largo viaje, y al final la derrota.

Foto: Buque ELMA Río Carcarañá, hundido.


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