sábado, 9 de junio de 2018

ABRIL, 1: el Colorado no estaba loco...


JUEVES 1

Porque tengo un amigo en el FIP, para ver si consigo escribir algo en el periódico de ellos -La Patria Grande-, (ya que en Somos nada más me hacen correr y sudar), porque soy lector de Ramos, pero sobre todo, por aliviar un poco la tensión ideológica de trabajar en esa revista pro-dictadura; me acerco al local de la calle La Rioja del Frente de Izquierda Popular. Pese a todas mis intenciones, sin embargo, fui esa noche y no volví más. El destino de todos cambiaba mañana.
Estamos alrededor de una mesa en el bar de la esquina. Cuatro, cinco personas. Todos hombres. Yo sólo conozco a mi amigo, Eduardo Fossati, dirigente originario del FIP. Hablamos de los sucesos del 30, de la represión, de la protesta, del final de la dictadura, cuando entonces llega Ramos, el Colorado.
No creo que fueran mucho más de las nueve, diez de la noche. El dato parece irrelevante, pero no. Ramos está ansioso, como apurado, no exultante, sino más bien ardiendo por la noticia que lo incendia.
-- Vengo de la redacción de Clarín: tropas argentinas salieron rumbo a Malvinas para ocupar las islas…
El Colorado Ramos tenía eso: era espectacular en sus intervenciones públicas. Con un fino sentido del humor, manejaba la ironía mejor que el Zorro su florete, y no se asustaba ante la prensa ni ante las cámaras, al contrario: descolocaba a sus entrevistadores anquilosados por el casete habitual de los políticos de entonces.
Pero allí no estábamos en público, no había cámaras, el único periodista en esa mesa era yo, y era insignificante, ¿por qué Ramos decía una cosa así? ¿Nos estaba jodiendo? ¿De verdad estaba loco, como decían los que no sabían cómo confrontar sus argumentos?...
En esa mesa están algunos de sus seguidores más próximos, de sus apóstoles. ¿por qué les dice una cosa así?...
Y sigue.
-- Esto lo primero que va a provocar es una caída violenta en la bolsa de Londres, ahí los militares argentinos van a comprender que una cosa es enfrentar a los generales ingleses, y otra a los gerentes ingleses… si no piensan pelear… van a tener que pelear igual.
Creo que todos en la mesa sienten lo mismo que yo: Ramos está loco. Malvinas. Ja. Enfrentar al imperio. Jo. Tan luego estos militares cipayos, entreguistas y asesinos a sueldo del imperio. Ja.
Ramos sigue hablando, pero ya no recuerdo más. Su inmensa noticia es como un eclipse.
Mañana será otro día. Y no.

Foto: Clarín, edición del 2 de abril de 1982. Tapa cerrada la noche del 1º.





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