Porque
tengo un amigo en el FIP, para ver si consigo escribir algo en el periódico de
ellos -La Patria Grande-, (ya que en Somos nada más me hacen correr y sudar),
porque soy lector de Ramos, pero sobre todo, por aliviar un poco la tensión
ideológica de trabajar en esa revista pro-dictadura; me acerco al local de la
calle La Rioja del Frente de Izquierda Popular. Pese a todas mis intenciones,
sin embargo, fui esa noche y no volví más. El destino de todos cambiaba mañana.
Estamos
alrededor de una mesa en el bar de la esquina. Cuatro, cinco personas. Todos
hombres. Yo sólo conozco a mi amigo, Eduardo Fossati, dirigente originario del
FIP. Hablamos de los sucesos del 30, de la represión, de la protesta, del final
de la dictadura, cuando entonces llega Ramos, el Colorado.
No creo
que fueran mucho más de las nueve, diez de la noche. El dato parece
irrelevante, pero no. Ramos está ansioso, como apurado, no exultante, sino más
bien ardiendo por la noticia que lo incendia.
--
Vengo de la redacción de Clarín: tropas argentinas salieron rumbo a Malvinas
para ocupar las islas…
El
Colorado Ramos tenía eso: era espectacular en sus intervenciones públicas. Con
un fino sentido del humor, manejaba la ironía mejor que el Zorro su florete, y
no se asustaba ante la prensa ni ante las cámaras, al contrario: descolocaba a
sus entrevistadores anquilosados por el casete habitual de los políticos de
entonces.
Pero
allí no estábamos en público, no había cámaras, el único periodista en esa mesa
era yo, y era insignificante, ¿por qué Ramos decía una cosa así? ¿Nos estaba
jodiendo? ¿De verdad estaba loco, como decían los que no sabían cómo confrontar
sus argumentos?...
En esa
mesa están algunos de sus seguidores más próximos, de sus apóstoles. ¿por qué
les dice una cosa así?...
Y
sigue.
-- Esto
lo primero que va a provocar es una caída violenta en la bolsa de Londres, ahí
los militares argentinos van a comprender que una cosa es enfrentar a los
generales ingleses, y otra a los gerentes ingleses… si no piensan pelear… van a
tener que pelear igual.
Creo
que todos en la mesa sienten lo mismo que yo: Ramos está loco. Malvinas. Ja.
Enfrentar al imperio. Jo. Tan luego estos militares cipayos, entreguistas y asesinos
a sueldo del imperio. Ja.
Ramos
sigue hablando, pero ya no recuerdo más. Su inmensa noticia es como un
eclipse.
Mañana
será otro día. Y no.
Foto: Clarín, edición del 2 de abril de 1982. Tapa cerrada la noche del 1º.
Foto: Clarín, edición del 2 de abril de 1982. Tapa cerrada la noche del 1º.
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